Marzo es el mes en que se celebra el Día Mundial de Prevención del Cáncer de Cuello Uterino, a fin de generar conciencia en las mujeres sobre las acciones de prevención.
La prevención siempre es la mejor arma frente al cáncer. En este caso, la clave está en la citología, la prueba de la que hablaremos hoy. También conocida como prueba de Papanicolaou, la citología ginecológica es una prueba que todas las mujeres con vida sexual activa deben realizarse para detectar y prevenir enfermedades.
La citología es una prueba que sirve para diagnosticar las lesiones precursoras o el propio cáncer de cuello uterino (CCU). También detecta posibles infecciones causadas por bacterias, hongos o virus, como el virus del papiloma humano (VPH), una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes y hoy ya reconocido como el agenta causal del cáncer de cérvix. La citología no duele, puede llegar a ser incómoda, y es una técnica muy sencilla que dura menos de 5 minutos.
Es un sencillo examen en el que se toma una muestra de tejido del cuello del útero mediante un espéculo y con la ayuda de un cepillo para realizar un barrido en la parte interna.
Un estudio citológico permite identificar a tiempo 5 tipos diferentes de enfermedades que pueden afectar a los órganos genitales femeninos:
- Herpes.
- Candidiasis.
- Vaginosis bacteriana.
- Cáncer de cuello de útero.
- Virus del Papiloma Humano.
Recomendaciones para realizarse la prueba
Los días previos a la citología ginecológica deben seguirse estas indicaciones con el objetivo de evitar alteraciones en los resultados:
- Haber finalizado la regla 3 o 4 días antes de la prueba.
- No mantener relaciones sexuales las 48 horas previas.
- Lavarse externamente con agua y jabón neutro. No hacerse lavados internos ni emplear desodorantes vaginales.
- No utilizar tratamientos tópicos 5 o 7 días antes (óvulos, espermicidas o cremas vaginales).
Durante la citología, la mujer ha de estar relajada para evitar que se contraigan los músculos de la vagina, lo que podría causar molestias. Una vez realizada, no requiere de cuidados posteriores y la paciente puede hacer vida completamente normal.
Según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), la citología ginecológica ha conseguido reducir alrededor de un 70-80 % la incidencia y mortalidad del cáncer de cuello uterino.
Esto se debe a que, si se detectan anomalías en las células en fases tempranas, se puede llevar a cabo un tratamiento precoz. En este caso, el resultado es positivo y debe hacerse una colposcopia, una prueba que permitirá confirmar de forma definitiva los hallazgos encontrados. Este procedimiento consiste en la exploración del cuello del útero, la vagina y la vulva para descartar posibles enfermedades. En función de los resultados obtenidos, el ginecólogo recomendará el tratamiento más adecuado para la paciente.
Si el resultado de la citología ginecológica es negativo, significa que las células que han sido analizadas son normales y que no existe ningún tipo de enfermedad ni infección.