En unas semanas decimos adiós al verano, una época del año de mucho disfrute, pero en la que se realizan actividades que conllevan riesgos para nuestra salud. Es por eso que es un buen momento para tener en cuenta algunas precauciones generales de salud, y no solo hablamos de hidratación y protección solar, ya que el calor, el mar o las piscinas aumentan el riesgo de infecciones y enfermedades como:
- Otitis: se pueden producir porque queda agua en el oído después de un baño en la playa o en la piscina (otitis de nadador). Además, si el agua está infectada por alguna bacteria, se puede producir originar una infección. Para prevenir, la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) aconseja secar la parte externa del oído y la entrada del conducto al salir del agua, usar tapones o gorros de baño, no usar bastoncillos ni espráis que puedan cambiar el pH de la piel del conducto o acudir al otorrinolaringólogo en caso de que haya molestias y síntomas.
- Infecciones cutáneas: al caminar por zonas húmedas, pueden producirse diferentes
infecciones fúngicas como el pie de atleta, por eso es tan importante el uso de chanclas en lugares públicos. Por otro lado, son muy comunes en esta época las verrugas plantares, que son producto de una infección por el virus del papiloma humano y se adquiere del mismo modo que las fúngicas. - Cistitis: producida por el uso mantenido de bañadores mojados y las frías temperaturas del agua.
- Conjuntivitis: las causas pueden ser diversas: exposición al sol, aire acondicionado o
infección adquirida al abrir los ojos bajo el agua sin llevar gafas… - Reacciones alérgicas a picaduras de Insectos: es importante no rascar las picaduras, y para aliviarlo utilizar algún gel relajante. En caso de reacción alérgica, contactar de
inmediato con los equipos médicos. Algunas reacciones son: rojez, ampollas, mareos,
dificultad para respirar, náuseas… - Quemaduras solares: Se producen cuando pasamos demasiado tiempo expuestos a la radiación ultravioleta (UV) del sol. Afecta a los tejidos vivos como la piel, quemándola y volviéndola roja e irritada y, en ocasiones, con ampollas. En el caso de quemaduras graves, la piel puede incluso hincharse y empezar a desprenderse.
- Deshidratación: es uno de los problemas más habituales que se producen en verano.
Aparece cuando el cuerpo pierde más agua de la que ingiere. La falta de líquidos en el cuerpo puede hacer que nos sintamos mareados, con la boca seca. En los días calurosos y soleados, cuando sudamos más de lo normal, es importante beber mucha agua para mantenernos hidratados, incluso antes de tener la sensación de sed. Debemos prestar atención a la sed extrema, la fatiga, la boca seca, los mareos o la irritabilidad porque pueden ser una señal de que estamos deshidratados. - Diarreas agudas: suelen durar entre 3 y 7 días. Son de origen vírico y bacteriano y
suponen un importante riesgo de deshidratación.