Durante el invierno, nuestros pies pueden sufrir a causa de los zapatos pesados, calcetines gruesos o tacones, lo que puede llevar a la aparición de piel seca, encallecida y poco atractiva. Una de las afecciones más comunes son los callos, una lesión que aumenta en primavera ya que la gente continúa utilizando calzado cerrado a causa de la inestabilidad temporal y sus pies se dilatan.
¿Qué son los callos en los pies?
Los pies son una de las partes más maltratadas de nuestro cuerpo, por lo que es crucial prestar atención a las señales que indican que necesitan cuidado. Los callos son una respuesta natural del cuerpo ante el exceso de fricción en áreas específicas del pie, resultando en un engrosamiento debido a la acumulación de células muertas.
¿Cómo se detectan?
- Piel gruesa o endurecida en una zona concreta.
- Sequedad.
- Textura áspera al tacto.
- Molestia al tocarlos.
Tipos de callos en los pies
- Durezas en los pies: Esta alteración es más extensa y superficial, con bordes sin definir y un tono amarillento. Generalmente, se encuentran en las capas más superficiales y no causan dolor ni molestias.
- Helomas: La alteración en la piel está más profunda, pudiendo generar molestias o dolor al roce o caminar.
- Clavo plantar o heloma plantar: Aparecen en la planta del pie debido a la fricción y presión en esa área.
- Ojo de gallo: Esta lesión se produce por la fricción y presión, localizándose entre los dedos del pie, principalmente entre el cuarto y el quinto dedo.
- Heloma dorsal: Lesiones que aparecen en la parte superior de los dedos debido a la fricción con el calzado.
La mejor manera de prevenir la aparición de callos es reducir la presión en las áreas propensas. Los especialistas recomiendan revisar el tipo de calzado utilizado y realizar un estudio de presiones con un podólogo para identificar las zonas de mayor presión y tomar medidas para minimizarlas.
Tratamiento para los callos en los pies
Para un tratamiento efectivo de los callos, es esencial acudir a un profesional que determine su origen. Además, este puede atenderlo a través de la quiropodia, uno de los tratamientos más habituales que implica la eliminación de callosidades y alteraciones en las uñas de los pies. Asimismo, el podólogo también puede asesorar al paciente en la elección del calzado adecuado, según su forma de pisar y caminar.
Aunque los callos no son graves, pueden resultar molestos, y si no se aborda la causa subyacente, podrían reaparecer incluso después de su eliminación.
En Todo Saúde, nuestra directora y especialista, Ángeles Saavedra, puede ayudarte a preparar tus pies para el buen tiempo, tratando los callos, y asesorándote en la elección de calzado para las actividades al aire libre. Si deseas obtener más información relacionada con la podología, no dudes en contactar con nuestra clínica. ¡Estamos a vuestra disposición!